Lunes, 28 de Abril de 2025
Pico y Placa Medellín Lunes
🚗 0 y 2 🏍️ 0 y 2

Entre sombras y silbatos: el partido que Nacional jugó contra Bahía… y contra el VAR

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on telegram
Telegram

En el fútbol, hay derrotas que duelen más allá del marcador, partidos que dejan un eco amargo no solo por el resultado, sino por la sensación de haber luchado contra algo más que el rival. Así fue la noche de Atlético Nacional en su visita a Bahía, en Brasil, donde cayó por la mínima, pero salió del estadio con más preguntas que certezas. Otra vez, las decisiones arbitrales, esas que deberían dar claridad, sembraron confusión y frustración.

Dos jugadas puntuales, ambas en el segundo tiempo, marcaron el pulso del partido y el ánimo de los hinchas. La primera ocurrió cuando el balón, tras una jugada rápida en el área local, impactó en el brazo de Erick Pulga, defensor del equipo brasileño. El reclamo verdolaga fue inmediato. La mano, aunque no deliberada, pareció estar separada del cuerpo, lo que en muchas ocasiones recientes ha sido suficiente para que el VAR sugiera penal. Pero esta vez no. El árbitro, tras revisar con su equipo de asistencia, decidió que no había infracción.

No es la primera vez que una decisión así divide al fútbol. La interpretación de la mano en el área sigue siendo un terreno pantanoso, incluso con toda la tecnología al servicio del juego. ¿Estaba el brazo en posición natural? ¿Hubo intención? ¿Desvió la trayectoria del balón? Las imágenes mostraron una acción discutible, y justamente ahí está el problema: en los grandes torneos, las decisiones grises siempre parecen inclinarse hacia un solo lado.

La segunda polémica se produjo ya en los minutos de cierre. Nacional, urgido por el empate, encontró el gol por intermedio de Dayron Asprilla, que de cabeza venció al arquero tras un centro preciso. El júbilo fue corto. El VAR intervino de nuevo, y tras una revisión, el juez anuló la anotación alegando una falta previa del delantero sobre el defensor brasileño. Una supuesta carga en la disputa del espacio, que según muchos, fue más un contacto de juego que una infracción.

Las repeticiones televisivas mostraron lo que tantos hinchas ya intuían: si hubo contacto, fue leve, más propio del roce natural en una jugada aérea que de una infracción clara. La incredulidad fue general. El gol no subió al marcador, pero sí se instaló en el corazón de la polémica. En partidos cerrados como este, ese tipo de decisiones no solo condicionan el resultado: escriben la historia.

Atlético Nacional, más allá del resultado, mostró carácter y ambición en territorio hostil. Pero se fue con las manos vacías, y con la amarga sensación de haber jugado contra algo más que once camisetas azules. El fútbol sudamericano, con todo su color y pasión, sigue arrastrando un problema de fondo: la falta de coherencia en la aplicación del reglamento, incluso con el VAR como supuesto garante de justicia.

El equipo antioqueño ahora deberá replantear su camino en el torneo, sabiendo que en la alta competencia cada punto perdido por una decisión dudosa puede costar la clasificación. Y la afición, con su fervor intacto pero su fe herida, seguirá esperando que el fútbol no solo sea pasión, sino también equidad.

Porque si algo le debe el juego a quienes lo viven con el corazón, es la certeza de que el resultado se define en la cancha… y no en la cabina del VAR.

Categorías

Mas Noticias