En el ecosistema empresarial colombiano, Empresas Públicas de Medellín (EPM) se ha consolidado como un gigante, no solo por su historia y su impacto en los servicios públicos, sino también por su capacidad de generar ingresos sostenibles. Con un desempeño destacado en 2024, la empresa de servicios públicos alcanzó unos ingresos impresionantes que superaron los 41 billones de pesos, un crecimiento del 10,5% frente al año anterior. Sin embargo, más allá de las cifras, lo realmente notable es la estructura detrás de este éxito: el 75% de sus ingresos provienen de su operación dentro de Colombia, con la energía como la principal fuente de ganancias.
La presencia de EPM en diversos mercados internacionales, a través de sus 46 sociedades distribuidas en países como Chile, México, Panamá, Guatemala y El Salvador, le ha permitido diversificar sus fuentes de ingreso. No obstante, el peso de Colombia sigue siendo fundamental en su modelo de negocio. Los ingresos de la operación nacional ascendieron a 30,97 billones de pesos, lo que consolidó la posición de la compañía como uno de los actores más relevantes en el sector energético del país. Este hecho resalta la importancia que tiene la distribución de energía como uno de los pilares clave de su rentabilidad.
En términos operativos, EPM ha establecido un portafolio de negocios bien segmentado, que abarca desde la distribución de energía eléctrica hasta la comercialización de grandes bloques de energía. La unidad de distribución de energía ha sido la más lucrativa, representando el 65,47% de los ingresos de la compañía, es decir, más de 27 billones de pesos. Este segmento incluye el transporte de energía a través de líneas y subestaciones, el suministro de energía al usuario final en el mercado regulado y los servicios de alumbrado público. Estas actividades no solo benefician a los consumidores, sino que también han garantizado una fuente de ingresos continua para la empresa.
El servicio de distribución de energía, aunque vital para el funcionamiento diario de la sociedad, ha sido una de las bases del crecimiento de EPM. En este sentido, la empresa ha aprovechado la infraestructura de distribución que posee para optimizar el flujo de energía a través de diferentes niveles de tensión, contribuyendo significativamente a su robustez financiera. De esta manera, EPM no solo se ha consolidado como proveedor de servicios, sino también como un actor fundamental en el desarrollo económico y social del país.
El segundo segmento en importancia es el de la generación y comercialización de energía, que, a pesar de ser un sector de menor peso comparado con la distribución, contribuyó con cerca de 10 billones de pesos a los ingresos de EPM en 2024. Esta actividad implica la producción de energía y la comercialización de grandes volúmenes, lo que pone a EPM en una posición estratégica dentro de la cadena de valor energético. Gracias a su diversificación en fuentes de generación, la empresa ha logrado mantenerse competitiva en un mercado energético cada vez más globalizado.
No es casualidad que EPM haya alcanzado estos resultados en un contexto económico desafiante. Su capacidad para adaptarse a los cambios y las fluctuaciones del mercado energético le ha permitido mantener una estabilidad envidiable. La empresa ha sabido aprovechar la transformación de las energías renovables y el mercado de energía internacional para diversificar sus activos y mitigar riesgos. Esta capacidad de adaptación, sumada a la eficiencia operativa, es lo que ha permitido que EPM continúe siendo una de las principales fuentes de empleo y generación de recursos en el país.
Además, la incursión de EPM en otros países, como México y Panamá, le ha dado la posibilidad de explorar mercados con necesidades energéticas en crecimiento. Sin embargo, a pesar de la expansión internacional, la estrategia de la compañía sigue centrada en fortalecer sus operaciones en Colombia, lo que subraya su compromiso con el desarrollo económico del país. EPM no es solo un actor económico de importancia, sino también una pieza clave en la infraestructura nacional, un actor que, al mantener su dominio en el mercado local, asegura el acceso a los servicios básicos de millones de colombianos.
En conclusión, EPM sigue demostrando que su modelo de negocio centrado en la energía es no solo rentable, sino fundamental para la estabilidad de las finanzas del país. Su capacidad para generar más del 75% de sus ingresos dentro de Colombia refleja una estrategia acertada que ha sabido combinar expansión y enfoque local. Sin duda, la gestión de John Maya Salazar y su equipo ha sido clave para que EPM siga siendo un referente en el sector, tanto a nivel nacional como internacional