Medellín y Antioquia han perdido a uno de sus más grandes exponentes de la ingeniería, el ingeniero Ignacio Arbeláez, quien falleció el 17 de febrero a los 82 años, debido a complicaciones cardíacas. Reconocido por su profundo conocimiento técnico y su incansable trabajo en proyectos fundamentales para la infraestructura de la región, Arbeláez dejó una huella imborrable en el desarrollo de Antioquia. Su legado, tanto profesional como personal, ha trascendido, siendo admirado no solo por su vasta carrera, sino también por su calidez humana.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, expresó su pesar al recordar al ingeniero como un amigo cercano, alguien que formó parte esencial de su vida desde su infancia. «Me vio crecer. Siempre me aconsejó. Fue gran amigo de mis padres y de nuestra familia», dijo el mandatario, destacando la relación de amistad y cercanía que compartió con Arbeláez. Además, Gutiérrez resaltó la significativa influencia del ingeniero en el desarrollo de proyectos clave en la ciudad, como la construcción del metro de Medellín y la autopista Medellín-Bogotá, dos de las obras más trascendentales en la historia de la movilidad de la región.
Arbeláez no solo destacó como ingeniero, sino también como un incansable maestro. Su vocación académica lo llevó a enseñar en prestigiosas universidades de la ciudad, entre ellas la Universidad Nacional, EAFIT, y la Universidad Pontificia Bolivariana. Allí, compartió su experiencia con generaciones de ingenieros, especialmente en temas clave como ferrocarriles, topografía y la construcción de vías, dejando una marca profunda en la formación de futuros profesionales. Su aporte a la academia fue igualmente valioso, formando mentes brillantes que continuarán su legado en el campo de la ingeniería.
Además de su labor docente y profesional, Arbeláez fue esencial en la modernización de la infraestructura ferroviaria en Antioquia, impulsando la creación de nuevas redes que conectaron de manera más eficiente los municipios de la región. Su trabajo también fue determinante en la mejora de las condiciones de transporte, no solo a nivel de infraestructura, sino también en términos de planificación y ejecución de proyectos que facilitaron el desarrollo económico y social de Antioquia. La construcción del aeropuerto José María Córdova es otro de sus grandes legados, contribuyendo a posicionar a la región como un hub logístico clave.
La figura de Ignacio Arbeláez trasciende la ingeniería. Su pasión por la magia, un aspecto que compartía con amigos y familiares, reflejaba su carácter jovial y su capacidad de asombrar no solo con su mente técnica, sino también con su habilidad para entretener y llenar de alegría a los que lo rodeaban. La mezcla de genialidad técnica y calidez humana lo convertía en una figura entrañable, cuyo legado perdurará en la memoria colectiva de Medellín y Antioquia.
En este momento de duelo, la ciudad de Medellín, junto con el resto del Valle de Aburrá, despide con cariño a Ignacio Arbeláez. La despedida de un amigo cercano y un genio de la ingeniería deja una profunda tristeza, pero también una gratitud inmensa por los aportes que hizo a la región. Su trabajo, sus enseñanzas y su espíritu seguirán vivos en las obras que construyó, las personas a las que formó y el impacto que tuvo en la historia de Antioquia. La ingeniería antioqueña pierde a uno de sus grandes maestros, pero su legado vivirá en cada kilómetro de vía que conectó, en cada proyecto que mejoró la calidad de vida de miles de habitantes.
