Martes, 29 de Abril de 2025
Pico y Placa Medellín Martes
🚗 6 y 9 🏍️ 6 y 9

Colombia se abre a Asia: una jugada estratégica en tiempos de incertidumbre global

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on telegram
Telegram

En medio de un panorama internacional cada vez más volátil y polarizado, Colombia ha comenzado a mirar hacia Asia con renovado interés. Lo que alguna vez fue un destino lejano tanto en términos geográficos como diplomáticos, hoy se perfila como un eje clave para diversificar las relaciones económicas del país. Con Estados Unidos enfrascado en disputas comerciales, y Europa en una encrucijada política, el gobierno de Gustavo Petro entiende que el momento para ampliar horizontes es ahora.

La reciente visita de la canciller Laura Sarabia a Japón, que se desplegó en una intensa agenda de 72 horas, es una muestra concreta de esa intención. Su encuentro con Takeshi Iwaya, ministro de Relaciones Exteriores nipón, es más que una cortesía diplomática: es un paso hacia una relación bilateral que promete traducirse en inversión, cooperación tecnológica y apertura de mercados. Colombia busca no solo consolidar su presencia en Asia, sino también posicionarse como un socio confiable en un escenario global en constante cambio.

La participación del país en Expo Osaka 2025, aunque ha generado críticas por los altos costos, responde a esa lógica. No se trata únicamente de un escaparate internacional, sino de una plataforma para mostrar el potencial colombiano en sectores estratégicos como energías limpias, agroindustria y tecnología. Más allá de los números, lo que está en juego es la imagen del país ante un público empresarial y gubernamental que exige coherencia, visión y compromiso.

Japón, con su reconocida estabilidad política, músculo financiero y liderazgo tecnológico, representa un aliado idóneo. Pero no es el único. China, con quien Colombia ya ha comenzado a tejer acuerdos en infraestructura y comercio, también figura en la hoja de ruta de la Cancillería. Aquí, el reto consiste en mantener el equilibrio: acercarse a las potencias asiáticas sin comprometer la relación con actores tradicionales como Estados Unidos y la Unión Europea.

La estrategia asiática de Colombia no es un simple viraje coyuntural, sino una apuesta estructural por una política exterior más autónoma y pragmática. Atrás va quedando la dependencia exclusiva de Washington. En su lugar, se abre paso una diplomacia que busca interlocutores diversos, adaptándose a una multipolaridad que ya no es pronóstico, sino realidad. El desafío, claro está, será sostener esta visión más allá de ciclos políticos internos.

Desde el punto de vista económico, el viraje es necesario. Asia concentra más del 50 % del crecimiento global, y países como Japón y Corea del Sur han demostrado un interés creciente en América Latina. Colombia, con su ubicación geoestratégica y sus tratados comerciales vigentes, tiene las condiciones para convertirse en una puerta de entrada al continente. Pero eso exige preparación, institucionalidad y una narrativa sólida sobre lo que puede ofrecer.

A nivel interno, esta nueva política exterior también plantea preguntas sobre cómo el país se está preparando para capitalizar estos nuevos vínculos. ¿Estamos formando el talento humano que requiere esta nueva diplomacia económica? ¿Contamos con políticas de atracción de inversión acordes con las expectativas de socios asiáticos? El riesgo de quedarnos en la foto es real, si no hay un esfuerzo serio por transformar estos gestos en resultados concretos.

En definitiva, la mirada hacia Asia puede ser una de las decisiones más inteligentes de la actual administración. No solo porque diversifica el mapa de aliados estratégicos, sino porque envía un mensaje claro: Colombia está dispuesta a jugar en las grandes ligas, pero con sus propias cartas. El mundo ha cambiado, y nuestra política exterior, por fin, parece entenderlo.

Categorías

Mas Noticias