La Selección Colombia recibirá el mes de junio con una noticia que, aunque anticipada, no deja de ser preocupante. Camilo Vargas, guardameta del Atlas mexicano y pieza estable en el esquema de Néstor Lorenzo, ha sido oficialmente descartado para los próximos encuentros de las Eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial de 2026. Una cirugía de meniscos, programada tras el cierre del torneo Clausura de México, lo apartará de las canchas por varias semanas, incluyendo los cruciales duelos ante Perú y Argentina.
La operación, realizada con éxito en Guadalajara, marca el inicio de un proceso de recuperación que, según fuentes médicas del club tapatío, no debería comprometer la presencia de Vargas en la próxima temporada de la Liga MX. Sin embargo, en el corto plazo, su ausencia abre un vacío en el arco tricolor justo cuando el calendario de la eliminatoria exige máxima concentración y experiencia bajo presión.
Si bien Vargas no era titular indiscutido en la era Lorenzo, su presencia como segundo arquero —y muchas veces como alternativa sólida en partidos de alto riesgo— le daba al cuerpo técnico la tranquilidad de contar con un jugador confiable, sobrio, con recorrido internacional y gran liderazgo. Su baja obliga a reconfigurar las jerarquías en una posición que históricamente ha sido uno de los puntos fuertes de la Selección.
Todo indica que Kevin Mier, hoy figura del Cruz Azul en México, será el llamado a ocupar ese tercer lugar en la lista de convocados, acompañando a Álvaro Montero y al veterano David Ospina. Mier, que ya venía siendo considerado en microciclos y amistosos, vive un presente brillante en la Liga MX y representa la apuesta a futuro bajo los tres palos. Su llamado sería tanto una solución inmediata como una inversión a largo plazo.
El caso de David Ospina también genera atención. Recién regresado de una prolongada lesión y en plena adaptación al arco de Atlético Nacional, su nivel actual aún no es el que lo llevó a ser referente internacional. A sus 35 años, el arquero antioqueño sigue teniendo el respaldo de la afición y del técnico Lorenzo, pero deberá demostrar, en lo físico y en lo futbolístico, que puede asumir nuevamente el rol protagónico que supo ejercer durante más de una década.
Álvaro Montero, por su parte, se perfila como una opción estable. Su regularidad en Millonarios y la confianza que ha ganado en las convocatorias recientes lo colocan como posible titular en al menos uno de los dos encuentros venideros. Su envergadura, buena lectura de juego y madurez lo posicionan como una opción lógica si se opta por continuidad sobre experiencia.
La ausencia de Vargas, aunque manejada con antelación, obliga a la Selección a reinventarse. En un momento en el que cada punto cuenta, especialmente frente a rivales directos como Perú y gigantes como Argentina, no hay margen para errores ni improvisaciones. La portería, siempre exigente, vuelve a estar en el centro del debate.
Así, mientras Vargas inicia su camino de recuperación en silencio, el arco de Colombia se convierte, nuevamente, en una prueba de fuego. Quien asuma la responsabilidad sabrá que no solo defiende una portería: lleva en sus guantes la esperanza de un país que sueña con volver a la Copa del Mundo.
