Desde este 1 de abril, los colombianos se verán nuevamente afectados por un incremento en las tarifas de peajes en todo el país. Este ajuste corresponde al tercer aumento del año, que impactará a los 152 peajes administrados por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y el Instituto Nacional de Vías (Invías). A partir de esta fecha, los conductores deberán hacer frente a un alza en los costos de las vías, que ya había comenzado a aplicarse en los primeros meses de 2025.
Este nuevo ajuste, que se había anunciado desde diciembre de 2024, se realiza con el objetivo de cerrar la brecha generada por la decisión del gobierno de congelar las tarifas durante ese año. En total, la modificación busca completar un ajuste del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 9,28%. Con ello, los peajes siguen siendo una de las principales fuentes de financiamiento de los proyectos de infraestructura vial en el país, y aunque el aumento ha sido progresivo, cada ajuste resulta más costoso para los usuarios.
El primer incremento se implementó en enero con un ajuste de 2,78%, correspondiente al IPC de 2023, y el segundo aumento, de 5,2%, se aplicó a mediados de enero de 2025 para hacer frente al IPC de 2024. Sin embargo, el más reciente ajuste, anunciado para este mes de abril, será de 1,85%. Este ajuste afecta principalmente a los peajes de las principales autopistas y vías del país, lo que ha generado preocupación entre los usuarios frecuentes de las rutas más transitadas.
Los peajes más caros tras el aumento se encuentran en Antioquia y en la Vía al Llano. El peaje de Cisneros, en Antioquia, es el que lidera la lista con un nuevo valor de $31.879. Este peaje, que en enero estaba en $31.300, es uno de los más elevados de Colombia y genera un impacto directo en los conductores que deben transitar por esta zona. Le siguen otros peajes, como el de Pipiral, en la Vía al Llano, con un nuevo valor de $26.893, y el Túnel de Oriente, entre Medellín y Rionegro, que alcanza los $25.500.
Estos incrementos, aunque destinados a financiar obras de infraestructura y mejorar la calidad de las carreteras, no dejan de generar malestar en los conductores, quienes consideran que los precios de los peajes ya han alcanzado un límite insoportable. Según expertos en transporte, los aumentos afectan principalmente a quienes deben realizar largos trayectos por razones laborales o comerciales, lo que impacta negativamente en sus costos operativos.
Aunque los aumentos en los peajes son un tema recurrente en Colombia, las autoridades también han implementado excepciones en algunas zonas del país. El Ministerio de Transporte ha decidido suspender el cobro de algunos peajes durante seis meses en ciertas concesiones, como los de Fusc, Andes, Unisabana, entre otros. Esta medida busca aliviar parcialmente el impacto del incremento para los conductores de algunas regiones del país, aunque no ha sido suficiente para calmar el descontento generalizado.
La razón detrás de estos aumentos, según expertos como Juan Martín Caicedo, presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), se debe a que los ajustes contractuales se aplican solo cuando el Gobierno Nacional recibe a satisfacción las obras financiadas y construidas por los concesionarios privados. Esto ha generado que, a pesar de las críticas, los aumentos en los peajes sean una práctica inevitable para cumplir con los compromisos adquiridos con los concesionarios.
La preocupación de los conductores y los gremios transportadores es que, a pesar de los esfuerzos por mejorar la infraestructura vial, los aumentos constantes en los peajes siguen afectando el bolsillo de los colombianos, especialmente a los que dependen del transporte por carretera. Si bien la mejora de las vías es necesaria, muchos consideran que es fundamental buscar mecanismos alternativos que no sobrecarguen a los usuarios, como el desarrollo de sistemas de financiamiento más equitativos y sostenibles.