El Arena Fonte Nova de Salvador, aquel templo que en 2013 presenció una de las gestas más recordadas del Atlético Nacional en torneos internacionales, vuelve a ser hoy el epicentro de las ilusiones verdolagas. Esta noche, a partir de las 7:00 p.m. (hora colombiana), el cuadro antioqueño visita a Bahía por la tercera jornada del Grupo F de la Copa Libertadores. No es solo un partido; es la oportunidad de reescribir el presente y, quizá, reconciliarse con una hinchada que aún duele tras el golpe sufrido en Porto Alegre.
Con tres puntos en la tabla y una actuación irregular en lo que va del torneo, Nacional llega obligado a sumar. La derrota 3-0 ante Internacional dejó más que un marcador adverso: sembró dudas sobre el sistema, la actitud y la dirección del equipo. Hoy, frente a un Bahía que ha mostrado solidez y una identidad de juego definida, el Verde de la Montaña está llamado a responder con fútbol y carácter.
El rival no es el mismo que aquel de la Copa Sudamericana en 2013, cuando Franco Armani se vistió de héroe y atajó dos penales para sellar una clasificación que aún retumba en la memoria del hincha. Este Bahía es una versión potenciada: respaldado por la millonaria inversión del City Football Group, el club ha reformado su estructura, su plantel y su ambición. Bajo la dirección técnica de Rogério Ceni, Bahía no solo compite, sino que convence.
En su planteamiento táctico, el 4-2-3-1 le ha dado equilibrio y variantes ofensivas. Danielzinho, Rildo y Marco Antônio forman un tridente dinámico que genera fútbol entre líneas y complica a cualquier defensa. Y en la zaga, el colombiano Santiago Arias aporta jerarquía y experiencia: el ex Atlético de Madrid parece haber encontrado en Brasil un escenario ideal para redimirse.
Por parte de Nacional, la consigna es clara: ganar o empezar a mirar con preocupación el horizonte. Los dirigidos por Jhon Jairo Bodmer saben que una victoria no solo los pondría en la cima del grupo, sino que serviría como un bálsamo ante las críticas. El once titular deberá combinar inteligencia táctica con intensidad: Bahía no da segundas oportunidades.
El mediocampo, donde se ha evidenciado cierta desconexión en los últimos encuentros, será clave para cortar los circuitos del local. La presión alta y la eficacia en los momentos clave pueden marcar la diferencia en un duelo que, aunque parejo sobre el papel, exige una versión superior del Verde si quiere sobrevivir en la cumbre del continente.
Más allá de la tabla, este partido tiene un valor simbólico inmenso para Atlético Nacional. Volver al lugar donde una vez se hizo grande puede ser el impulso anímico que necesita un equipo que ha vivido más sombras que luces en esta campaña. Ganar en Salvador no solo significa tres puntos, sino recuperar la confianza y, con ella, el sueño de volver a ser protagonista en América.
Hoy, en el estadio del milagro de Armani, Nacional tiene una cita con su historia. Pero también, y sobre todo, con su presente. Porque las leyendas inspiran, sí, pero son los resultados los que construyen el futuro. Y para Nacional, ese futuro empieza esta noche en Brasil.
